-Un cuatro tres… por la mierda.- Susurré.
-Caballero, ¿que le pasó? … tan bueno… estudiar… ¿niña?... acuérdese de archivar todas sus pruebas y guías.- Escuché como nublado.
-Si… bueno.- Me paseé como danzando hasta un rincón de la sala y mire con gestos de poca importancia.- A la mierda con esta wea, mas encima tengo que archivar, y no tengo ni carpeta.
…
En una caminata solo a casa, fue cuando me cuestioné el hecho de archivar las cosas. Puede que de algún otro modo me enseñen desde el error, me cobijen la mediocridad, o hasta ocupen mas espacio del que deben.
Yo la verdad, no acostumbro a archivar las cosas que me pasan, prefiero dejarlas por ahí, en algún rincón de mi mente, y que tengan que avisarme cuando las necesite y así saber que aún existen en mi.
Quizás ese sea el problema, del por qué soy tan desordenado, del por qué sigo cometiendo los mismos errores siempre.
Llego a la conclusión finalmente que archivar sirve de algo, formar algo solido en la cabeza, y que no se mueva más de ahí.
Llegando a casa, me pondré a recoger recuerdos, regresarlos a mi memoria, y finalmente, rellenar carpetas.