jueves, 20 de septiembre de 2012

No soy egoísta, pero esos son mis ratones.

I.

No es que lo sea, pero de vez en cuando me molesto cada vez que mis compañeros de departamento se pongan a webiar con mis ratones. Siempre les he dicho que los miren, que les hagan compañía, y hasta que me los cuiden mientras estoy en la oficina, pero aún así no me responden.
Y si, suena raro, pero trabajo la mayor parte de mi tiempo libre observando ratones, sus comportamientos, los distintos tipos que hay, y sin duda alguna intentando expresarles con todas mis ganas mis sentimientos.
Cada vez que llego a casa, me encuentro con la misma escena, mis amigos, tratando de asustar a los ratones. Hasta pareciera que les hablan de mi, es como si se rieran.

II.

-Suelta la cola del pobre ratón -dije con cansancio- déjate de webiarlo un rato.
-Aaaay Pipe! -exclamó mirando al ratón que colgaba desde su mano- son ratones, no más que eso. Déjame mostrarle mi cariño también. -dijo soltando una risita-.

Nunca entendí como se comunicaban, a veces sentía que tenían su propia manera de hablar entre ellos, comunicarse como nunca habían hecho conmigo. Eso también estaba en observación

III.

Un día, no sé como, pero llegue a mi casa. Al entrar en mi habitación vi que la caja donde tenia a los ratones estaba toda mordida y había una pequeña abertura por debajo. Del susto, partí a la pieza de mis amigos a preguntar donde se habían metido, cuando por un momento divise cerca de la cama, una caja con 3 ratones. Si, eran los míos, en la pieza de mis amigos.

-Mira, no es que sea egoísta, pero esos son mis ratones. -dije con voz desafiante-.
-¿Qué pasa compradre?, déjelos en libertad un rato, ellos también la necesitan.- dijo uno sonriendo-.

Cerré los ojos, me dí la media vuelta, y di un portazo tan fuerte que dejo que un estruendo recorriera el resto del departamento.

IV.

Luego de tanto pensarlo, decidí dejar el departamento, ya no quería mas amigos, ni mas ratones. La extraña relación que teníamos entre los tres me llevó a tomar la decisión... quizás, quería los ratones solo para mi, para mi y para nadie mas, pero ellos... no lo sé, ese tema esta aún en observación.




Comprime fácil.

-Maricones. - escuchaba por algún rincón mientras intentaba meterme una hamburguesa gigante dentro de la
boca.
-Y yo pensando que los quería... 

...

Otro rincón, un tanto mas cercano, me hablaba de tres personas en específico. Me fue difícil descifrar sus nombres.

-Esto se ve cada vez mas nublado... cansada... tóxico. - me devoraba la mitad del pan en ese instante.

Intentaba ir respondiendo lo mejor que podía con una extremidad menos.

-Quizás esto sea mucho.. - dije a duras penas.
-No sé, puede ser, quizás.

Mientras el mundo se derrumbaba ante mis pies, terminaba de comer mi hamburguesa, y estaba listo para acabar mi cerveza.

-Buenas noches... - me quede mirando fijo, mientras en mi mente rebotaban esas dos palabras.

Me empiné el vaso, y hasta el dedo chico.

-Buenas noches. - dije sin pestañear.

...

Luego de un rato, apague el celular. Todo parecía caerse, pero nada parecía verdad. Luego de una hora sin gestos, me preparé para encender un cigarro.