jueves, 24 de octubre de 2013

Cuando se divide el alma.

Quería contarles una historia. Una momento de mis 27 años que me partió el alma en dos. Sucedió hace un tiempo en mi torpe juventud. 
Yo tenía 19 recuerdo, y había tenido el lujo de repetir 2 años seguidos por estar sumergido en una depresión iniciada por la muerte de mis dos abuelos. Disfrutaba de mis últimos días de cuarto medio, ya se había asegurado que eran los momentos finales de mi historia como escolar, e iba a salir a descubrir. 
La parte triste de la historia comienza ahora.
Yo tenía un amigo, él tenía 2 años menos que yo y nos conocimos de la villa en la que solía vivir. Fuimos desde el primer momento amigos y nuestra amistad se alargó hasta el día de hoy (eso espero). Al yo repetir dos veces tercero medio, quede en su mismo curso, y me decidí a superar la weá de depresión. Era un genio matemático y su personalidad con el tiempo iba creciendo de a poco, a pesar de ser tímido y miedoso en ciertas cosas. Sus notas eran casi siempre excelentes, podía resolver la raíz cuadrada del numero que se te ocurriera en menos de 5 segundos. Él me ayudo mucho y yo a él, y nuestra juventud fue casi completa vivida a la par, siempre juntos. 
Pero cercano al día en que las clases se comenzaban a ir, me llama diciendo que esta afuera de mi casa y que necesita hablar con alguien. Estábamos en las últimas pruebas, recuerdo:

-Estoy con depresión- me dijo con una risa tímida
-¿Y por qué tanto?
-Poco tiempo y muchas cosas por hacer- comenzó a ponerse serio de a poco
-Pero pégate un "moashité" (despreocupado)- sonreí
-Para ti es fácil po' weón, yo no soy nadie sin mis buenas notas- mirando al suelo, lanzó un escupo que sonó en seco

Me enojó el comentario y traté de que me mirara a los ojos.

-No sé que decirte, eso me pareció un pensamiento bien weón de tu parte.
-¿Por qué?- pareció extrañado
-Porque con o sin buenas notas igual eri' mi amigo po weón, aunque suene maricón de mi parte, pero esas cagas no definen a las personas, y tu sabi' po- me enrabié bruscamente, como siempre.
-También te quiero weon pero no me refería a eso- sonrió- quiero decir, las notas no definen a las personas, pero es lo único productivo que he hecho en mi vida, son los únicos resultados físicos que tengo, no estoy seguro si soy aporte en alguna otra cosa, y por eso me deprimo tanto por el hecho de que me vaya mal, y trato de mirar hacia atrás y no estoy seguro si algún recuerdo me haya llenado de verdad- mirandome con total sinceridad y serió, sin pelos en la lengua- y la verdad, no se si me sienta parte de la felicidad de los demás.

No sé si en ese momento lo reconocí, pero parecía alguien que nunca en mi vida había visto, otra persona muy distinta a la que conocía hace 13 años. Me dió pena, y hasta el último de mis días me voy a arrepentir de no haber dicho nada. Nada en sí, porque dije cosas bonitas pero no estoy seguro si eran para llenar un vacío que había en su interior. Ni siquiera sé si pudieron llenar mi propio vacío, porque así las sentí yo al menos, vacías. 
No sé si alguna vez me sentí más estúpido, pero creo que así se siente uno cuando se parte el alma y se ve la verdad, esa que nunca viste, hasta que después de 13 años, se muestra ante ti,

desnuda.

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