jueves, 26 de septiembre de 2013

Aquello que no vemos.

"¿Sabía usted que Jesús le ama, y que murió en la cruz por sus pecados?

Él ya pagó el precio por usted. Solo basta que usted lo reciba en su corazón y reconozca que Jesucristo es el Señor de su vida y su Salvador.

Invítelo hoy a entrar en su corazón, ¡Atrévase!, y siga ahora esta oración:

Señor Jesús:
  • Yo confieso que soy un pecador y te invito a entrar en mi corazón.
  • Perdona mis pecados.
  • Yo me entrego a ti.
  • Gracias por esta vida eterna que tú me estas dando en estos momentos.
  • Yo te confieso ahora como mi Señor y mi Salvador.
Lea la Biblia y busque una iglesia cristiana para que le enseñen la palabra de Dios"


jueves, 12 de septiembre de 2013

Que llegue algo.

Es a lo que trato de referirme. Después de tantas cosas, caídas, subidas, planicies, que llegue algo. Quiero decir, que a mi me llegue algo, y es que todo lo quiero a mi gusto, y quiero que llegue algo. Algo que me haga crecer, escuchar, mejorar.
Lo espero con ansias, con las mismas ganas de vivir de aquellas tardes, en las que si llegaba algo a los dos. Trata de no ser tan hiriente, de tener un sentido, y que estés con la cabeza fría. No necesito un sermón, un reto o un grito de rabia. Necesito una despedida desganada, o el abrir y cerrar de puertas que se oye cada vez que miras a algo nuevo.
Espero que entiendas que es sin resentimientos, que no estoy mordiéndome el labio cuando escribo, o apretándome los dientes. Simplemente, estoy esperando a que envíes algo desde adentro del corazón, ahí donde te dije que tenía un ratón que se hacía un poco mas grande día a día. Y trata de ser honesta, si no es mucho pedir, de no analizarlo tanto. Solo dí lo que sientas, lo que veas, lo que escuches y lo que hayas aprendido. Pero que llegue algo.

jueves, 5 de septiembre de 2013

¡Esto es un asalto!

No había luz, recuerdo. Yo caminaba con los audífonos puestos y la música a todo volumen hacia mi casa. Los semáforos ya no existían y los autos pasaban y pasaban, los cruces en ese entonces no se respetaban. Toda la ciudad estaba a oscuras, los focos automovilísticos eran lo único que daba luz.
De pronto, en la caminata hacia el cruce que ya no existía, un brazo rodeó mi espalda. Me pregunto si acaso lo recordaba, yo le respondí que nunca en mi vida lo había visto, ahí fue cuando sucedió. Apareció su cómplice, trató de no mirarme a los ojos, pero le fue difícil. Me mostró su arma, sacándola lento de su bolsillo, sentí miedo, entregué todo. Ellos corrieron, casi como si me temieran, como si escaparan de mi, no entendía mucho, "quizás lo merezco" pensé. A la mala, pase por el cruce y recordé que en mi bolsillo quedaban 220 pesos, cerca de la esquina me compre una sopaipilla, sabía mal. Había un taco enorme, decidí caminar, todo seguía oscuro. Pensé en la posibilidad de otro asalto, pero recordé que no tenía nada mas que entregar.
Llegando a la casa, divise a lo lejos un par de focos que funcionan con luz solar, de esos que cuando hay luz en la noche nunca se ven. Esa noche. brillaron mas que nunca.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Gracias por.

Gracias por mostrármelo.
Gracias por dejarme verlo cara a cara.
Gracias por decirme "es la raja".
Gracias por entrar.
Gracias por hablar.
Gracias por los discursos.
Gracias por salir sin decir nada.
Gracias por mostrarte desinteresado en todo.
Gracias por darme una filosofía.
Gracias por llegar, Septiembre.
Gracias por la honestidad.
Gracias por mirar a todos como iguales.
Gracias por lo corto.
Gracias por lo profundo.
Gracias por la música.
Gracias por las películas.
Gracias por los arboles.
Gracias por las caídas.
Gracias por seguir.
Gracias por no frenar.
Gracias por no dar excusas.
Gracias por leer.
Gracias por escribir.
Gracias por dar algo.
Gracias por estar en nada.
Gracias por dar las gracias.

Gracias.

Todo el mundo es un héroe. (Fragmento).

En cada momento estamos creciendo, y en este proceso se nos hace más desconocida la palabra héroe. Lo vemos lejano, inalcanzable, sin sentido y hasta chistoso. Pero la verdad, todos, en cualquier momento de nuestras vidas tenemos la oportunidad de ser héroes. Para los hijos, ellos ven a sus padres como héroes, ven a esas personas que son capaces de dejar todo por ellos, esas personas que son capaces de sacrificarse a ellas mismas, y sin pedir nada a cambio, siempre con la mira al frente.
Y es un mensaje que entregan muchas series, películas, comics. Todo el mundo es un héroe, lleva algo de un héroe en su interior. Un héroe no es ni un personaje, ni un actor, es un símbolo. La representación de una lucha interna, porque a la larga nadie quiere vivir con miedo, porque hasta en días como hoy, muchos esperamos que aparezca algún héroe desde algún callejón, pero en el fondo, no nos atrevemos a serlo por nosotros mismos. Cualquiera puede ser un héroe si se lo propone, solo hace falta el mirarse a uno mismo, lograr un equilibrio, y empezar a mirarnos las caras.
Hasta en el amor eres un héroe a veces, como dice un anónimo que no quiero mencionar en este momento, “siempre te enamoras de quien te salva”. Y eso es al fin y al cabo, tener la capacidad de hacer algo por alguien sin pedir otra cosa a cambio, porque sabes, que la otra persona haría lo mismo por ti.
Y aquí es donde concuerdo con De Lefént, un héroe esta hecho de amor y de lazos con otras personas, dar sin esperar una devuelta de mano. Porque es difícil ser un héroe sin un entorno, sin personas que te rodeen, sin un mal que combatir.
Es como una paradoja sin un fin. Los héroes necesitan un entorno, así como el entorno los necesita a ellos, a nosotros, a todos. Porque todo el mundo es un héroe.